Hay momentos que marcan un antes y un después en la vida, y la llegada de un bebé es, sin duda, uno de ellos. La espera está llena de ilusión, de preparativos y de sueños. Es el comienzo de una nueva etapa, y merece celebrarse rodeados de cariño, de risas y de detalles que quedarán en la memoria para siempre.
El baby shower es precisamente eso: una fiesta para honrar la vida que está por llegar, para acompañar a la futura mamá y para crear recuerdos llenos de ternura. Pero una de las preguntas más frecuentes es: ¿cuándo es el mejor momento para organizar un baby shower?
Más que una fiesta: un rito de amor y bienvenida
El baby shower no es solo un encuentro entre familiares y amigos; es un ritual de bienvenida, un espacio donde se comparte la ilusión por la nueva vida que está por llegar. En muchos países, esta tradición se ha transformado con los años, adaptándose a diferentes culturas y estilos de vida.
Hoy, más que nunca, el baby shower se entiende como un momento íntimo y emotivo, en el que se celebra la maternidad de una forma consciente y personalizada. No importa si es una reunión pequeña en casa, un picnic al aire libre o un evento más elaborado: lo importante es que refleje la esencia de la familia que está creciendo.
Por eso, en Mireia Baró cada baby shower se diseña con mimo, combinando la estética con la emoción.
El mejor momento: entre la calma y la ilusión
En general, el baby shower se celebra entre el séptimo y el octavo mes de embarazo, es decir, entre las semanas 28 y 34. Este periodo es ideal porque la futura mamá ya ha pasado las primeras etapas de adaptación y se siente más tranquila, pero todavía conserva la energía suficiente para disfrutar plenamente de la celebración.
Durante estos meses, el embarazo se vive con plenitud. El bebé se mueve, las emociones están a flor de piel y la cuenta atrás comienza. Es un momento perfecto para rodearse de cariño, compartir experiencias y recibir todo el amor que amigos y familiares desean ofrecer.
Sin embargo, cada embarazo es diferente. Hay mujeres que prefieren adelantar el baby shower unas semanas si el calendario lo requiere, y otras que lo disfrutan incluso después del nacimiento, cuando el bebé ya puede ser el invitado de honor. En realidad, no se trata tanto de seguir una fecha exacta como de elegir el momento en que el corazón lo sienta adecuado.
Factores que ayudan a elegir la fecha ideal para un baby shower
Aunque no existe una norma estricta, hay varios aspectos que conviene tener en cuenta para decidir cuándo celebrar el baby shower.
- El bienestar de la futura mamá. Lo más importante es que se sienta cómoda, tranquila y con energía para disfrutar del evento.
- La agenda familiar. Si hay familiares o amigos que viven lejos, puede ser buena idea planificar con tiempo para que puedan asistir.
- El clima. En eventos al aire libre, la época del año influye mucho. Primavera y principios de otoño son momentos ideales por su luz y temperatura suave.
- La preparación previa. Si se planea una decoración elaborada o una sesión de fotos, conviene elegir una fecha que deje margen para organizarlo todo sin prisas.
- El factor sorpresa. En algunos casos, el baby shower es una sorpresa para la futura mamá. En ese caso, la fecha debe coordinarse con cuidado para que todo encaje sin estrés.
Cada detalle cuenta, y cuando se trata de celebrar la vida, el tiempo perfecto es aquel en el que todo fluye con calma y emoción.
El arte de preparar la espera
Más allá de la fecha, el baby shower es un espacio para compartir la alegría del presente. No se trata de adelantar nada ni de planificar en exceso, sino de vivir el momento.
En Mireia Baró, cada baby shower se diseña como un pequeño universo: desde la decoración hasta la música, desde los regalos hasta las emociones que se quieren despertar. Las flores, los colores, los sabores y las texturas crean una atmósfera sensorial que envuelve a los invitados y hace que todo gire en torno al amor que está por llegar.
Muchos padres aprovechan este día para escribir cartas al bebé, realizar una sesión de fotos, plantar un árbol simbólico o crear un recuerdo conjunto con los invitados. La idea es que cada gesto, por pequeño que sea, se convierta en parte de la historia familiar.
El baby shower no solo celebra un nacimiento, sino también la transformación que conlleva: la de convertirse en madre, en padre, en familia. Por eso, más que una fiesta, es un acto de amor.
Baby showers únicos: la esencia de Mireia Baró
En Mireia Baro diseñamos eventos como Baby Showers para que cada momento se convierta en un recuerdo inolvidable. Queremos crear una experiencia que emocione, que se viva y que deje huella.
Los colores suelen ser suaves, pero siempre personalizados. Los espacios se llenan de calidez, con textiles naturales, flores frescas y rincones pensados para compartir. Nada se deja al azar, porque cada elemento tiene un propósito: celebrar la vida de la forma más auténtica y bella posible.
El resultado no es solo una fiesta bonita, sino un recuerdo que se siente. Las fotografías, la atmósfera y la emoción del momento se transforman en algo más duradero: una sensación de plenitud y amor compartido.
